sábado, 16 de abril de 2011

VENGANZA A LA MEDIA NOCHE


La escuela había sido un lugar poco acogedor para Nigel, las constantes acusaciones y los excesivos abusos por parte de sus compañeros y en particular por Lyla, lo llevaron a un cierto grado de locura, aunque todo parecía estar bien, eso estaba muy lejos de ser verdad.

El silencio de su mente lo perturbaba de una manera que ni el podía entender, hasta que una extraña voz le susurro una palabra. Venganza. Al parecer era la única manera de exorcizar sus demonios, de eliminar el veneno acumulado de muchos años de martirio. Nigel debía vengarse de la zorra de Lyla, una joven de 18 años capaz de hacerte infeliz y miserable la existencia si ella se lo proponía y solo por el simple hecho de ver sufrir a alguien más, mientras que todos la alaban por ser tan cruel. Ella debía recibir un castigo digno de su crueldad, debía ser algo grande, algo que todos recuerden cuando hablen de ella y entonces algo se cruzo por su cabeza, una imagen prediseñada de lo que habría de hacer. En la oscuridad de su cuarto ideo todo, no dejo ni un cavo suelto, no quería que pareciera un desastre debía ser una obra maestra.

Al día siguiente Lyla recibió una nota que decía, << Tu eres la razón de mi locura, tu eras la razón de mi existir y por ti ya ni duermo, por favor encuéntrame esta noche a las 23:30 en la entrada del colegio.>>

No tardo mucho en decidir que asistiría, pero aun se seguía preguntando quien seria ese extraño admirador.

Al caer la noche y muy puntualmente Lyla estaba parada en frente del colegio, ella volteo para ver si alguien llegaba y para su sorpresa se encontró frente a frente con un extraño que vestia de negro y que mantenía su rostro oculto bajo una mascara y fue entonces que ella corrió.

La noche era tranquila y silenciosa hasta que los gritos de Lyla rompieron por completo la armonía. Ella corría por las calles oscuras de la ciudad, detrás de ella la seguía Nigel vestido de negro.

Corría y corría pero parecía no alejarse demasiado del el. Tratando de huir se dirigió hacia el parque, un pequeño lugar situado a unos pocos metros de ahí.

El caminaba tranquilamente como sabiendo que ella no se escaparía de sus manos. Lentamente saco un cuchillo o mas bien una daga muy particular, la hoja era toda ondulada, la sujeto fuertemente y siguió caminando.

Lyla llego a la entrada del parque y se adentro en el pequeño bosque. Las grandes raíces de los árboles le impedían correr así que decidió esconderse detrás de uno de ellos.

Nigel se metió en el bosque y se quedo quieto y sin hacer ruido alguno, para poder oírla. La respiración agitada de ella la delato, y el supo donde estaba escondida. Al intentar huir Lyla quedo atascada con unas raíces y callo de boca al suelo. El se acerco y la golpeo muy duro, dejándola algo aturdida. Se ubico sobre ella y le agarro la cabeza y dijo.

-Siempre te gusto hablar, siempre te gusto ser el centro de atención, siempre quisiste tener la sonrisa perfecta, pero ahora no podrás hablar pero si serás el centro de atención y tendrás la mejor sonrisa.- le dijo y con la daga le corto la unión de los labios, dejando casi al descubierto los maxilares.

El inmenso dolor provocó que ella gritara de una forma sin igual, a los pocos segundos la sangre que callo dentro de su boca ahogo los grito.

Rápidamente el sujetó su lengua y de un solo movimiento se la corto y la tiro a un lado. Se puso de pie y se quedo observándola mientras se desangraba. Su cuerpo se retorcía del inmenso dolor, su corazón seguía latiendo pero su cerebro parecía estar muerto desde hacia pocos segundos.

Solo faltaban unos instantes para que el reloj de la iglesia diera la media noche, y fue entonces cuando Nigel se preparo, y cuando el reloj dio la primera campanada el dio la primera apuñalada y luego siguió con la segunda, así hasta completar las doce que indicaban la hora exacta de la venganza.